domingo, 11 de octubre de 2009



No queda más que aceptar el momento en que vivimos aún cuando no sea lo que esperamos. La soledad es una fiel compañera que nunca abandona, pero espera el momento idóneo para presentarse.

La soledad no es más que vivir con el yo mismo, sentir con el yo mismo, estar con el yo mismo. Anhelar la compañía de un ser puede volver a la soledad celosa, pero sabrá apartarse ante tal circunstancia... esperando paciente que su compañía sea solicitada de nuevo.

Y en el momento menos esperado, ahí estará. De pie, sin tambalearse ante nuestro enminente rechazo.



La vida se detiene en un simple suspiro. Una palabra basta para destruir un corazón. ¿Qué sería del mundo sin el roce de una caricia? ¿Sin el anhelo de un dulce beso? ¿Cuánto tiempo se debe esperar para encontrar al ser amado?
No creemos en un mundo de fantasía, la fantasía es vivir en ese mundo... donde podemos amar y ser amados sin lugar para el paso del tiempo. Con la esperanza de ser felices hoy y siempre. Un mañana que nunca llega pues el momento es tan eterno como el cielo mismo.